Querido Bambú, yo tenía la esperanza que te ibas a recuperar y como siempre digo que los que (por desgracia) dan más pena salen antes te ibas a ir rápido a un hogar. Pero no ha sido así, no se conformó tu dueño con matarte de hambre, también te tuvieron que dar una paliza, tan grave que no podias ni respirar de los daños tan grandes que tenías. Esto es España en el 2.010. Y lo que nos espera. Descansa en paz, Bambú.
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