A Pirracas no le conoceis, yo tampoco le conocía. Ahí donde le veis, y aunque no lo parezca, era un gato callejero. Yo sabia de su exisstencia porque un buen amigo y lector del blog y una buena mujer llevaban tiempo cuidandole, y lo que era un triste gato callejero se convirtió en esta belleza. Desgraciadamente ya no está entre nosotros, ha tenido el mismo triste final de la mayoria de los gatos callejeros: ha muerto atropellado por un coche. Nada más triste que encontrarte a quién has estado alimentando y cuidando "espachurrado" en el arcén. Pero así es la vida, ¿verdad? Pirracas no pasó por este mundo desapercibido, algunas personas que han hecho todo lo que han podido por ti, y te echarán de menos. Parece que te estoy viendo allí arriba, esperando. No han pasado sin pena ni gloria, Pirracas, has tenido la suerte de que se preocuparan por ti, cosa que muchos pobres callejeros ni siquiera tienen la oportunidad de disfrutar. DEP Pirracas, ya no hay más frio, más calle...
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Te echaré mucho de menos Pirracas cuando vaya a echar de comer a tu vecina Periquina. Perdóname que no pudiera hacer más por ti. Siempre en el recuerdo hasta que te vuelva a ver.
ResponderEliminarQue guapo eras pirracas , que tristeza da cuando vuestra marcha es tan traumaticá , cuando la impotencia nos agarra el corazón , cuando nos damos cuenta que con vuestra marcha se nos va un poco de ese cariño tan falto en los humanos .
ResponderEliminarDescansa en paz .
P.D . Diego , seguro que Pirracas te esta agradecido ,para ellos ( como bien sabes ) una caricia , una mirada , una palabra amable ,un poco de comida , es la razón de su vivir , y por lo que intuyo , contigo lo tuvo , lo siento .
Gracias Marisa.
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