jueves, 16 de julio de 2009

MANUELA



Mi querida Manuela, mi Manu como te llamaba yo cuando venias corriendo al trote y me echabas tus patorras encima para saludarme. Llevaste muy mala vida tus primeros años, con un amo borracho y despreocupado que te daba de comer cuando se acordaba y al que seguias cual perrito faldero. Que él dormía al raso, allí estabas tú para hacerle compañía. Seguramente por esa mala vida tu amo no duró muchos años, y siempre nos decía: "cuando me muera, teneis que cuidar de Manuela" (como en muchos casos cuando se muere la gente ya sabeis que la familia no quiere cargos). Y ese día, el día que murió tu amo, cambió tu vida, a la vejez, pero tuviste un par de años muy buenos. Te convertiste en una perra impresionante, llamabas la atención cuando yo te llevaba de paseo, incluso se paraban los coches a preguntarme por tí. Pero la mala vida y los malos cuidados nos pasan factura: ciega, con tumores mamarios, la edad...
Nos dejaste una gran huella en el tiempo que estuviste con nosotros, querida, te añoramos, yo sobre todo

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